Por, Arturo Ruiz Parra, The heART Ambassadors

El mundo te está esperando. Da igual que no seas un genio de la pintura, ni de la música, ni de cualquier otro arte; el mundo te espera porque eres un genio en lo tuyo, en lo que llevas dentro, en lo que sientes, en tu forma de mirar. Y por encima de todo, el mundo te espera para que lo compartas.

No hace falta saber pintar para ser artista. Todo el mundo puede expresar sus miedos, sus sueños, sus diferentes perspectivas, de miles maneras distintas. Pocos lo hacen, ¿nos iría mejor a todos si lo hiciéramos? Y si lo compartiéramos, ¿no sería increíble?

No es difícil encontrar desesperanza en la sociedad en la que vivimos, todos somos conscientes de que muchas personas necesitan ayuda. En The heART Ambassadors, creemos que el arte puede llegar a ser una herramienta muy útil para ellas.

Queremos mostrar de la forma más sencilla posible a grupos en riesgo de exclusión social, que el arte puede ser una fuente de inspiración en su vida. Una forma de sanarse expresando lo que sienten más profundo, tanto lo que les inquieta y no les deja dormir, como lo que les conmueve y emociona. Esta «terapia» puede cambiar el modo en el que una persona se enfrenta a los problemas, apartando los sentimientos negativos a un lado, y dejando que afloren la positividad y la motivación.

Personalmente, me impresionan mucho los efectos que producen las obras de arte sobre las personas. Suelo ir al Museo del Prado, y es curioso, pero a veces me quedo mirando más tiempo al público que a las obras. Gente que proviene de todo el mundo, con formas de entender la vida absolutamente distintas, y todos tarde o temprano se detienen frente a alguna obra que les hace sentir algo intenso. Se quedan en silencio, entreabren la boca, lo comentan con el de al lado, piensan, le dan vueltas, se acercan, se alejan, y finalmente, lleguen a una conclusión o no, se marchan. Pero lo increíble es que nunca se marchan igual que han venido. Algo ha cambiado dentro de cada uno.

Por esta razón, estudio historia del arte. Mi sueño es unir mis dos pasiones: el arte y la acción social. A pesar de lo ambicioso e idealista que pueda parecer el proyecto, a mi edad, soñar todavía me está permitido, y la asociación The heART Ambassadors me da una gran oportunidad para compartirlo.

Sabemos que el arte tiene la capacidad de provocar una reflexión, de plantear ideas completamente nuevas, o de mirar las mismas cosas de siempre con otros ojos; y si queremos un mundo mejor, esta es una capacidad que no podemos desaprovechar.

«El mundo será así hasta que decidamos cambiarlo»

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