El Prado y el Boijmans Van Beuningen presentan ‘Rubens. Pintor de bocetos’, que profundiza en la faceta menos explorada del pintor flamenco.

 

 

 

El boceto es el primer paso del proceso creativo de un artista, es la materialización de lo que hasta ese momento era solo una idea imprecisa falta de soporte. Es un recurso básico. Polidoro de Caravaggio, Tintoretto o Veronés dieron un paso más dando pintura al óleo a esta herramienta para probar sus ideas, pero Pedro Pablo Rubens (1577 – 1640) convirtió esta práctica en sistemática. La realiza además en soportes duraderos, no es un simple papel. Por eso, mientras que del resto de artistas apenas se conservan, de Rubens se atesoran unos 500.

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‘La pesca milagrosa’, de Ruben (1610) | Wallraf-Richartz Museum & Fondation Corboud

El Museo del Prado y el Museo Boijmans Van Beuningen presentan Rubens. Pintor de bocetos, una exposición que profundiza en el estudio del artista de Amberes como el pintor de bocetos más importante de la historia del arte europeo. De los bocetos que el flamenco pintó a lo largo de su carrera artística, la muestra ha logrado reunir 73, procedentes de instituciones de todo el mundo como el Louvre, el Hermitage, la National Gallery o el Metropolitan de Nueva York. Se incluyen, por ejemplo, cinco pequeños bocetos que realizó para la pintura del techo de la iglesia de los Jesuitas de Amberes o la serie de la Eucaristía, que custodia el propio Museo del Prado. Se exponen junto a una serie de dibujos, estampas y pinturas del propio Rubens que dan contexto a los bocetos.

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‘Prometeo’, de Rubens (1636) | Museo del Prado

La muestra, que abre sus puertas al público el lunes 9 de abril, posibilita al visitante descubrir cómo afronta el artista la relación con la creatividad y permite imaginar el camino que seguía su mano hasta resolver cada composición. Algunos bocetos son bastante grandes teniendo en cuenta su finalidad y otros apenas parecen un apunte, sin embargo, todas destilan la viveza y la impecable factura que dan fe de la dimensión artística de Rubens. Esta comisariada por Alejandro Vergara, jefe de conservación de pintura flamenca y escuelas del norte del Museo del Prado y Friso Lammertse, conservador de pintura del Boijmans Van Beuningen Museum.

«Son bocetos que invitan a mirar de cerca tanto por el tamaño como por la huella que deja el pincel. Rubens pone el alma hasta en los bocetos, parece una persona superdotada porque siente con gran intensidad y es capaz de transmitirla con el milagro de su mano», destacó Vergara.

En algunas ocasiones, el pintor flameco usaba estos bocetos al óleo como muestra para el cliente, de forma que en el mismo soporte se ven varias propuestas de formas, colores y acabados.

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‘Retrato de Clara Serena’ | The Princely Collections

A modo de epílogo, explicó el comisario, la exposición termina con un cuadro de su hija Clara Serena, de unos cinco o seis años, que evidencia que «el boceteado como estética da sensación de proximidad y explica qué tiene de especial la pintura de bocetos». También se muestra por primera vez al público una copia manuscrita de un cuaderno perdido de Rubens que incluye textos y dibujos conocidos como manuscrito bordes. Tras su paso por el Prado, en septiembre, Rubens. Pintor de bocetos llegará al Museo Boijmans Van Beuningen de Róterdam.

 

Fuente: Laura Galdeano. Libertad Digital

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